Pensé mucho en si debería o querría escribir sobre esto. Supongo que es una forma de cerrar las puertas y ventanas de una casa en la que ya no viviré. María José, Marmotita, y yo, ya no seguimos juntos. Hubo varios motivos que nos hicieron ver que la proyección a largo plazo podía terminar en algo que ella no quiere para mí y yo no quiero para ella. Los detalles ahora parecen no importar. Aunque aún hablamos y luego de todos estos años seguimos vinculados por todas las cosas que proyectamos juntos, entre ellas este mismo blog, es necesario para que cada uno pueda seguir su camino, que esos lazos se vayan disolviendo paulatinamente.
No ha sido un quiebre abrupto o de mala forma, aunque sí ha tenido sus momentos dolorosos, para ambos. Uno podría pensar que por la distancia que habitualmente nos separa, por trabajo, etc, las cosas se harían más fáciles, pero no es así.
Me sigue dando pena recordar esto, pero también sigo creyendo firmemente que esta decisión ha sido lo mejor para ambos, por distintos motivos.
Me he dado cuenta que echo de menos muchas cosas con ella, y quiero suponer que ella también las extraña, y forma parte de las cosas que hacen doloroso este proceso. Los proyectos, los planes, los recuerdos, cosas que antes me motivaban y me elevaban del suelo ahora forman una masa que se oscurece, se enfría y me provoca tristeza, pero que sé con el tiempo se disolverá.
Tantas cosas que uno cree y no cuestiona por que piensa que son definitivas, en realidad pueden no serlo, si uno mismo toma conciencia de a dónde se dirigen o qué consecuencias pueden tener.
Es bastante confuso escribir sobre esto, por que acostumbro escribir sobre lo que pienso, no sobre lo que siento.
En este momento espiritualmente estoy como un plato de spaghetti con salsa, hecho un enredo. Esto ha cambiado los cimientos de lo que pensaba hacer con mi vida y creo que no tengo más opción que buscar otros horizontes, no hablo del plano sentimental, si no de mi vida entera.
Estoy considerando seriamente viajar a otro lado, y ver qué resulta.
También espero que ella sea lo más feliz que sea posible, por que se lo merece, pero sé que conmigo no lo hubiera sido.
Las cosas que ocurren y que resultan incómodas o dolorosas suceden todo el tiempo, no hay tiempo para quejarse o echarse a morir, hay que dar un primer paso luego de caer, un paso hacia adelante, el primero de muchos, para dejar estas cosas atrás.