martes, 28 de septiembre de 2010

Algunas breves observaciones sobre twitter...

Como habrán notado algunos, nunca he sido un fan de twitter. Nunca sentí la necesidad de usarlo. Pero hace unos días, estaba en un estado tan profundo de ociosidad que me hice una cuenta. Mi primer intento fue hacer una con mi nombre, pero me pareció muy serio como se veía, así que un segundo intento de cuenta resultó en el nick @CíclopeTurnio. Me dio risa el nick, pero me puse a pensar "según lo que veo, con este nick no me conoce nadie, es una ciber indentidad completamente nueva. ¿Qué ocurre si esto me termina entusiasmando y tengo que dejar de ser Marmo para ser un Cíclope?" Así que ahora soy @_Marmo_.

Parte de lo maravilloso de ser Marmo, es que resguarda muy bien mi privacidad, en los aspectos que me interesa cuidar. Curiosamente, sólo una persona que creo ha leido el blog y no tiene otro tipo de contacto conmigo, ha dado con mi facebook, y feliz la agregué. Resulta que si alguien conecta mi facebook con mi blog y mi twitter, automáticamente puede, en potencia, limitar la libertad que ejerzo al escribir acá, por ejemplo. No es que escriba cosas tan secretas o terribles, pero me gusta pensar que acá puedo escribir absolutamente lo que quiera y nadie que me googlee a mí o a la Marmotita, tendrá acceso a información que sea de otra forma privada.
De hecho, en el trabajo de Marmotita googlean a todo el mundo, según me cuenta ella.
En fin.

Luego de usar twitter un par de días, me he dado cuenta que tiene aspectos muy interesantes, aunque he confirmado algunas cosas:


  • La gran mayoría de la gente twitea cosas prácticamente irrelevantes "me tomé un helado", "subí a la micro", "que fome la propaganda nueva" y así sucesivamente.
  •  Hay algunos que twitean 1 vez al año, otros solamente cuando ocurre algo importante, y un tercer grupo... Eh bueno el tercer grupo twitea todo, de cualquier tema y a cada momento.
  • Twitear desde un smartphone, como el Iphone o un Xperia, por ejemplo, es glamoroso, te da onda, es top. Twitear desde un pc, como lo hago yo, es derechamente rasca y de mal gusto.
  • Algunos famosos comparten más información de la que debieran, sobre todo si pertenecen al tercer grupo de twiteros.
  • Curiosamente, el espacio de 140 caracteres efectivamente puede superarse. Muchos personajes twitean como 5 mensajes seguidos, hasta completar la idea que quieren enviar. Como al parecer no hay límite para eso, puedes escribir lo que quieras, en grupos de 140 caracteres.
No sé si lo siga ocupando, de hecho ha sido un poco mejor de lo que pensaba, pero me he dado cuenta que a algunas personas que realmente no conozco, pero que visito sus blogs o páginas web, les he tomado una especie de cariño, y ahora me costaría dejar de seguirlos por twitter, si dejara de usarlo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

¿Es Santiago otro país?

Cada vez que voy a Santiago, experimento un poco de ansiedad. Me alegra por supuesto visitar la madriguera de la Marmotita, poder estar con ella unos días y tener la oportunidad de ver a mis hermanos y familia allá, pero si de mi dependiera, ojalá todos ellos vivieran en Temuco, y si no, en Concepción, Valdivia o cualquier otra parte.
La distancia entre Temuco y Santiago es de 678 kilómetros. La distancia entre Londres y París es de 340 kilómetros. La distancia entre Temuco y Neuquén (Argentina) es de 444 kilómetros...
Esta vez en particular, tal vez por el bicentenario, quizás por un ajuste del bioritmo, o que simplemente me aburrí de recibir empujones y codazos, pero fue más fome el ir a diario en el metro. Menos mal iba a ver a la Marmotita, pero definitivamente las aglomeraciones de gente, no me gustan.
Acá en Temuco, el otro día sin querer choqué en el centro con una señora, nos dimos vuelta, pedimos disculpas mutuamente, había sido un accidente, y luego de mirar brevemente que estuviera bien, seguimos nuestros caminos. El mismo episodio en Santiago, termina generalmente con la señora pegándote un empujón, ignorándote, o con un par de chuchadas gratuitas, y lo más brígido, es que la parte de las chuchadas y empujones parece ser más segura si se trata de una señora más o menos de edad.

Me pregunto si las distancias que existen entre otras ciudades comparadas con las que hay dentro de Chile, explican cómo puede ser tan diferente la gente. A eso hay que sumar que allá viven millones de personas que diariamente deben soportar ser trasladados como sardinas dentro del metro, en viajes que toman horas. Por eso cuando llego acá, sonrío con las micros viejas que tenemos, pero que en 20 minutos te dejan en cualquier lugar que quieras, sin trasbordos. 
Cuando veo las noticias en los canales de la TV, me da una mezcla de risa y lata que de repente digan "noticias nacionales, hay un taco en avenida Irarrázabal..." ¿Noticia nacional? Cuando veo los informes, el 70% habla de cosas que suceden en Santiago, cuando hay conflictos que directamente afectan a Santiago, como el funcionamiento del Transantiago, aparecen directamente hablando ministros y subsecretarios, autoridades de orden nacional, atendiendo directamente el asunto; ¿para qué quieren seremis? Ellos se supone tendrían que ver esos asuntos, pero como el Chile de los santiaguinos abarca la región metropolitana, y en verano se expande a Viña del Mar, poco o nada les importa.

Me pongo a pensar en lo que pasó con Chaitén, que ahora a nadie parece importarle, o que el conflicto mapuche sólo llegó a titulares por que ellos reclamaron a organismos internacionales, lo que podría afectar la imagen del país, y recién ahí alguien les dio pelota....
Y así suma y sigue. Por momentos cuando voy a Santiago, siento que estoy en otro país, siento algo similar a cuando he estado en Argentina, México o EEUU, como que hay que entender y adaptarse a costumbres locales raras, o sea, nunca tan diferente a cuando he estado fuera de Chile, igual eso es algo exagerado, pero no me ocurre nunca lo mismo en Puerto Montt, Valparaíso o Concepción, por mencionar algunas otras ciudades.

Tal vez a un santiaguino que venga al sur le cueste acostumbrarse de la misma forma al ritmo de hacer las cosas, pero a la larga, creo que me quedo con el sur.
Aunque también les parezca a ellos que es otro país.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Nuestro 18

Ohhh por donde empezar...
Como soy muy desordenado, escribiré las cosas al lote, según las vaya recordando. Lo primero que me llamó mucho la atención fue que fuimos con la Marmotita al Alto Las Condes a ver una película, Resident Evil: Afterlife, que como película deja bastante que desear, pero a nivel de efectos, y en particular el uso de efectos 3D, es un golazo, muy buenos efectos, y si editara la película, y pusiera sólo las secuencias de pelea, sería candidata al Oscar. Cuando fuimos a ver la película aprovechamos de hacer algunas compras para la Madriguera, y pasamos a comer algo, como ni ella ni yo lo conocíamos y lo demás parecía un poco aburrido, pasamos a comer al Juan Maestro. Quedamos en que comeríamos la mitad de un sandwich cada uno y la otra mitad la intercambiaríamos para ver que tal, y así hacernos una impresión del local y lo que ofrecía. Simplemente una maravilla el Juan Maestro, la cagó, demasiado superior a todos los demás locales de comida rápida, en calidad, cantidad y sabor; acá el veredicto de la Marmotita:



Luego, en Viña, estuvimos en la Revista Naval, que es como la continuación de la Parada Militar, pero con barcos, por más que Piñera insistió en que los barcos pasaran por Santiago no se pudo.
Viña y Valpo estaban repletos de gente el 19, así que Marmotita y yo caminamos en medio de la muchedumbre, Don Marmo nos hizo unas reservas en un restaurante que se llama Cap Ducal, y que tiene una vista a toda raja del mar:



Acá se ve a Don Marmo cuando nos consiguió las reservas:
Acá cuando entramos al famoso Cap Ducal:


Aunque me sentí un poco raro por ir grabando con el celular todo, la experiencia valió la pena, el mar y los barcos se veían totalmente a toda raja, no podíamos estar en un mejor lugar para verlos. El restaurante me pareció caro en todo caso, pero era rico. Pedimos entremedio unas machas a la parmesana, pero era poco mas que un platito y costaba como 6 lucas... Cuando después vi la cuenta arrugué la frente.

Vimos el espectáculo Puro Chile Pura Energía. En un momento estaba tan copado de la gente por todos lados que pensé en pararme y mandarme a cambiar con la Marmotita, pero justo empezó la cosa y ahi me olvidé. Valía la pena verlo, tuvo partes emocionantes, aunque cuando terminó, me desesperé de nuevo por la cantidad de gente, mi espíritu provinciano no me abandona. Creo que nunca me acostumbraría del todo a vivir en Santiago, sobre todo por los santiaguinos, hahaha:
Algo que me llamó mucho la atención fue que cuando nos íbamos yendo, varias personas me vieron y me saludaron. Gracias a los contactos de la Paula, una cuñada de la Marmotita, conseguimos unas entradas ultra preferenciales, y estábamos bastante cerca de la Moneda. A nuestro alrededor todos hablaban con una papa caliente en la boca. Los cuicos son igual de irritantes cuando están en masa hablando que los flaytes, no sé para que cresta exageraban tanto su forma de hablar; tal vez por que era una ocasión social, cada uno quería verse más cuico que el wn de al lado. Al menos habían algunos más educados que se acomodaban y se fijaban cuando habían empujones y pisotones.




Marmotita en Starbucks. La verdad, Starbucks no me llama mucho la atención, pedimos un brownie, que sale en la foto, mientras esperábamos unos cosos que no recuerdo como se llaman, pero eran de leche con hielo y sabores a fruta.




Mi Marmotita hermosa, en Curauma, Viña del Mar el 18...












En Viña del Mar tienen las gallinas más extrañas que este temucano haya visto jamás:
Luego pongo más cosas, hicimos un montón de cosas con la Marmotita estos días. Me impresionó la revista naval, sobre todo los aviones. Ahora en Temuco, a vivir otras aventuras y vivir la vida marmotita...



El retorno a mi madriguera

Luego de comer hasta perder el conocimiento, pasear con la Marmotita, vivir experiencias traumáticas con Santiago y los santiaguinos, y pasar algunas aventurillas, estoy de regreso en Temuco, así que espero poder escribir más seguido.
Por ahora voy a tener que ponerme al día en algunas cosas, acá en el sur.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Longanizas de marmota

Ahora que lo pienso, el título es un poco gore, pero espero que las famosas longanizas estén a la altura de dar en el gusto de Don Marmo, Doña Marmo, Marmotita y sus hermanos. Mañana en la noche emprendo viaje a la madriguera nuevamente, y luego a Viña/Valparaíso.

Como hace tiempo que no les llevo queso, y un queso no iría muy bien en las parrillas del 18, resolví llevar longanizas. Como nota aclaratoria, las longanizas son salchichas hechas con carne picada y aliños, y tienen dos vertientes principales; la española, extendida desde Santiago hasta Chillán, y la alemana, de Chillán hasta Puerto Montt. Como Temuco cae más bien dentro de la zona alemana, lógicamente las longanizas que llevo son más bien alemanas, en su receta al menos. Pese a eso, en Temuco hay un local que las fabrica al estilo español, pero aunque son buenas, no parecen ser tan queridas como las de estilo alemán, según creo, la diferencia está en que las españolas tienen bastante tocino al natural, en forma de cubitos de grasa, o sea, al tirarlas a la parrilla terminan con mucho sabor a chicharrones, o grasa de cerdo frita, y tienen además un típico jugo color naranja que les chorrea apenas uno las pincha con el tenedor.

En cambio, las alemanas, son más bien secas y tienen poca grasa en comparación a las otras; tienen bastante carne y aliños, y al parecer se prepara la carne  con los condimentos previamente a hacer las tripas, lo que hace que los condimentos dominen el sabor. Una vez cocidas, la parte exterior queda casi crujiente, y dentro se puede probar la carne, seca y con mucho sabor.
La verdad, las más famosas son las de Chillán, y muchas veces he tenido que tragar a duras penas un trozo de tripa rellena con cubitos de grasa, suspendidos en aceite anaranjado, mientras alguien repite como mantra "son de Chillán, son las mejores!", y he tenido que aguantar las ganas de decir "da lo mismo que sean de Chillán, y si lo son igual son una mierda, ¡esto es grasa frita imbécil!", así que espero esta vez la Marmotita, Don Marmo y doña Marmo, con lágrimas de emoción y alegría digan en la mesa, "Oh Marmo, hemos desperdiciado nuestras vidas comiendo basura, comparadas con este manjar de los dioses venido desde Temuco... Gracias, cásate con mi hija de inmediato". En el resto de la historia se escucha la música que ponen al final de las telenovelas y se ven distintas imágenes del matrimonio entre Marmotita y yo, en que tenemos numerosas imágenes felices comiendo longanizas de Temuco, en viajes, veraneos, en el trabajo y en festividades. Bueno en fin, espero que les gusten las longanizas, o si no, tendré un 18 muy especial, comiendo yo solito kilos y kilos de longaniza.

martes, 7 de septiembre de 2010

Bienvenida la nueva manera de usar Facebook

 Tengo que aprender las combinaciones de teclas de blogger. Esta es la tercera vez que escribo esto y ya van dos intentos en que estoy escribiendo y me manda a otra página sin motivo aparente, borrando lo que escribo, aunque está relacionado con lo que pienso escribir. A todo esto, ¿de que mierda sirve el botón "Guardar Ahora" si no hay cómo recuperar un borrador?
Desde hace algún tiempo, como he tenido menos tiempo, me he estado entreteniendo con el facebook, usándolo para hacer rabiar a algunos amigos momios (de derecha, que me he dado cuenta son menos tolerantes y más cerrados de lo que esperaba), y compartir comentarios con otros amigos más rojos (de izquierda, que me he dado cuenta en sus propios perfiles no se atreven a mencionar nada al respecto). Esto me ha traido muchos comentarios en las cosas que pongo, desde risas y opiniones, hasta gente que me ha eliminado de su lista de contactos, probablemente por tomarse demasiado en serio estas cosas.
Verán, como he usado más facebook últimamente, y no uso twitter (es demasiado snob para mi gusto), me he percatado que la gente que veo vive en un constante mundo de Bilz y Pap, llenos de felicidad, carretes, salidas y paseos, y sacándose fotos con amigos y familia.
Nadie (hay varias excepciones a esto, en realidad) habla de inquietudes que tenga, o de opiniones debatibles, salvo por los ocasionales debates que se abren por CNN o ADN, en que se encuentran puros desconocidos.
Entonces, o mi vida es extraordinariamente rara, y no paso todo el año carreteando y siendo esquizofrénicamente feliz, o el resto de la gente simplemente no se arriesga a poner nada más en facebook para no ser políticamente incorrectos. 
Así que como la verdad la opinión del resto la respeto, pero no me impide expresar lo que pienso, empecé a poner algunos comentarios, como antes había contado, y también algunas fotos que me han parecido graciosas.
Todo eso va a tener que terminarse, por que resulta que mi hermana acaba de resultar llamada a tener un cargo para el Ministerio de Justicia de la Región. PUM.
Eso implica que si yo sigo poniendo fotos de Piñera robando bancos y estrangulando ancianas, probablemente termine perjudicando a mi hermana. Como prefiero no hacerla correr un riesgo innecesario (lamentablemente, la tolerancia no es una virtud que mis amigos momios cultiven con frecuencia), he decidido no seguir publicando esas cosas en facebook. De hecho, lo más probable es que mi FB sea desde ahora controlado por Marmotita para ayudarse en sus juegos de restaurantes, islas e imperios, un facebook semi mudo no me llama la atención, mayormente, y twitter... La verdad creo que Twitter puede ser útil, pero es tan frívolo e irrelevante en el 90% de los casos que tampoco me atrae.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Estupendo, fantástico, espléndido xD

Resulta que el comentario anterior está incompleto. Ayer me llamó desesperado un señor al que representé hace unas semanas en un juicio en que llegamos a un acuerdo para repactar unas deudas que él tenía por unas pensiones impagas. Lamentablemente, al estar atrasado, se le acumularon con las otras y cada vez le era más difícil pagar, así que pronto le llegaron las órdenes de detención, embargo, etc.
El día 16 de agosto tuvimos la audiencia en que llegamos a un acuerdo para que él pudiera pagar, y el hombre se fue feliz, aunque la cuota que tenía que enfrentar era alta, considerando sus ingresos, logró pagarla, con mucho esfuerzo, el día 30.
Cuando me llamó, la policía lo acababa de tomar detenido y se lo iban llevando. el aún tenía en el bolsillo la boleta de depósito de cuando pagó en el banco, y alcanzó a llevar consigo la copia de la sentencia en la que constaba que se había llevado a un acuerdo, pero aún así, se lo llevaban por que el día 13, vaya mala suerte, el tribunal había emitido una orden de arresto en su contra, cosa que no aparecía anulada en la sentencia.

Volé al tribunal, hablé con las mujeres del mesón, a las que les expliqué, pero parecían robots, "si le entiendo, pero en la sentencia no sale que se anule la orden de arresto" "Señorita, es EVIDENTE que si ha repactado y ahí incluso habla de la suma que el debía y que sería pagada de otra forma, además el ya pagó lo que tenía que pagar este mes, ¡están arrestando a un hombre que no debe nada en este momento!", "Si le entiendo, pero no podemos hacer nada..." 

Tal parece que la gente que lo atiende a uno después de hacer una fila tiene instrucciones de cagarle el día a uno de alguna manera. De tanto insistir, me dijo, "a ver, espere un poco, voy a ver si se puede hacer algo". El plan al parecer era que me quedara esperando hasta que me aburriera y me tuviera que ir. Me paré de la espera y fui a hablar con el secretario del tribunal, luego hablé con la asesora técnica que estuvo en el juicio el día 16, y finalmente, logré hablar con la jueza que emitió la sentencia; afortunadamente, la señora tenía muy buena voluntad y claro, de inmediato se percató que era absurdo que después del acuerdo, y habiendo cumplido, al hombre lo tomaran preso, así que emitió una orden inmediata que se envió a la policía, para que liberaran al ciudadano este.
Cuando llamé por última vez a don Fernando, se escuchaba tan emocionado por que lo liberaran, y tan agradecido, que me hizo recordar por qué había elegido ser abogado, no todo es tan oscuro, ni gris, y el lograr una pequeña cuota de justicia es satisfacción suficiente como para soportar las horas ingratas que esta profesión muchas veces tiene. En ese momento me sentí re bien otra vez.