lunes, 13 de septiembre de 2010

Longanizas de marmota

Ahora que lo pienso, el título es un poco gore, pero espero que las famosas longanizas estén a la altura de dar en el gusto de Don Marmo, Doña Marmo, Marmotita y sus hermanos. Mañana en la noche emprendo viaje a la madriguera nuevamente, y luego a Viña/Valparaíso.

Como hace tiempo que no les llevo queso, y un queso no iría muy bien en las parrillas del 18, resolví llevar longanizas. Como nota aclaratoria, las longanizas son salchichas hechas con carne picada y aliños, y tienen dos vertientes principales; la española, extendida desde Santiago hasta Chillán, y la alemana, de Chillán hasta Puerto Montt. Como Temuco cae más bien dentro de la zona alemana, lógicamente las longanizas que llevo son más bien alemanas, en su receta al menos. Pese a eso, en Temuco hay un local que las fabrica al estilo español, pero aunque son buenas, no parecen ser tan queridas como las de estilo alemán, según creo, la diferencia está en que las españolas tienen bastante tocino al natural, en forma de cubitos de grasa, o sea, al tirarlas a la parrilla terminan con mucho sabor a chicharrones, o grasa de cerdo frita, y tienen además un típico jugo color naranja que les chorrea apenas uno las pincha con el tenedor.

En cambio, las alemanas, son más bien secas y tienen poca grasa en comparación a las otras; tienen bastante carne y aliños, y al parecer se prepara la carne  con los condimentos previamente a hacer las tripas, lo que hace que los condimentos dominen el sabor. Una vez cocidas, la parte exterior queda casi crujiente, y dentro se puede probar la carne, seca y con mucho sabor.
La verdad, las más famosas son las de Chillán, y muchas veces he tenido que tragar a duras penas un trozo de tripa rellena con cubitos de grasa, suspendidos en aceite anaranjado, mientras alguien repite como mantra "son de Chillán, son las mejores!", y he tenido que aguantar las ganas de decir "da lo mismo que sean de Chillán, y si lo son igual son una mierda, ¡esto es grasa frita imbécil!", así que espero esta vez la Marmotita, Don Marmo y doña Marmo, con lágrimas de emoción y alegría digan en la mesa, "Oh Marmo, hemos desperdiciado nuestras vidas comiendo basura, comparadas con este manjar de los dioses venido desde Temuco... Gracias, cásate con mi hija de inmediato". En el resto de la historia se escucha la música que ponen al final de las telenovelas y se ven distintas imágenes del matrimonio entre Marmotita y yo, en que tenemos numerosas imágenes felices comiendo longanizas de Temuco, en viajes, veraneos, en el trabajo y en festividades. Bueno en fin, espero que les gusten las longanizas, o si no, tendré un 18 muy especial, comiendo yo solito kilos y kilos de longaniza.

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