La vida de las marmotas

En el hemisferio sur se supone no hay marmotas. Sin embargo, María José y yo, hemos descubierto que si las hay, nosotros mismos como primer ejemplo. En invierno nos gusta dormir (después de (o durante) alguna película), descansar abrazaditos y bien abrigados mientras afuera llueve o cae nieve, y comer toda clase de cosas ricas, como comida china, pizza o algo que nosotros mismos preparemos. Durante el verano disfrutamos paseando juntos por cualquier lado, y siempre hacer proyectos que incluyan alguna cuota de ocio.

Me di cuenta de nuestra condición de marmotas un día que terminábamos de ver una película, tendidos cómodamente en la habitación de María José. La película era Aliens versus Predator, un flick a medio camino entre el gore y el sci-fi, con mucha sangre y gritos. Estaba convencido que ella estaba muy concentrada en la peli, y cuando terminó, la vi incorporarse un poco y mirar la pantalla, como para hacer un comentario, y dijo "oh... ¿y se casaron al final?".
En ese momento comprendí que la concentración era en realidad sueño, mi marmotita había estado durmiendo casi toda la película, y, como pude comprobar después, era la manera en que ella habitualmente disfrutaba los videos que veíamos, se acomodaba muy cerca mío, se relajaba y comenzaba a hibernar, tal cual lo haría una marmotita en pleno invierno.
Estas observaciones, más el estilo que al principio mencioné para pasar el tiempo, me revelaron un nuevo término, que agrupa todo lo anterior; lo que habíamos estado haciendo era "marmotear", es decir, pasarlo bien relajadamente y disfrutar nuestra vida juntos.