Hace unos días, estaba casi desmayado de hambre, estuve toda la mañana y tarde sin parar haciendo trámites y como a las 18:00 regresé a casa, sin haber comido. Ese día tampoco había desayunado. Llegando a casa, siento un aroma inconfundible, irresistible, inevitable, que venía desde LaBarricada, un local de sanguchones extremos que queda en la avenida, y que normalmente no alcanza a sentirse por el lugar donde camino habitualmente, pero ese día el olor llegó con tanta fuerza que lo sentí, pestañeé, y al abrir los ojos estaba apuntando con el dedo un lomito de la lista con un hilo de baba colgando de mi boca.
Como llegué en piloto automático a sentarme, me quedé esperando que prepararan el lomito (palta tomate mayo, para la estadística). Cuando lo trajeron, junto a un vaso de jugo, de inmediato me concentré en devorarlo rápidamente, y al mismo tiempo cuidando que no se viera afectada ni la corbata ni el traje, que hubiera sido catastrófico manchar con mayonesa.
Estaba entonces, hipnotizado por el sándwich, cuando noto que entra más gente al local, no les presté atención, pero de pronto, me sacó de mi concentración filosófica uno de ellos, que gritaba "¿y qué pasa ah?!!, ya poh, ¿y qué pasa?!?" Mi primera reacción fue mirar atrás mío, por si le hablaba a alguien más, pero no había nadie. El tipo repetía una y otra vez lo mismo "¿¡qué pasa!?!", y por una fracción de segundo pensé en como 100 respuestas posibles, "hace calor", "esta bueno el lomito", el dólar sube", "lo que pasa es que hay un tipo gritándome sin que tenga idea de por qué", etc, el tipo este incluso se adelantó estirando las manos e instintivamente me iba a poner de pie, pero un par de otros que estaban con él lo detuvieron, y uno sin palabras, me comunicó clara y rápidamente lo que pasaba, inclinó la cabeza hacia adelante, en señal de disculpa, estiró el brazo derecho y mostró la palma de la mano, de nuevo en señal conciliadora, y acto seguido, con la misma mano, hizo la mímica de alguien que fuma, pero usando el pulgar y el índice, bien apretados, es decir, no fumando cigarrillos, si no marihuana.
No me dejan comer tranquilo
Lo que más me gustó del asunto fue percatarme que el tipo más sobrio en 2 segundos, con dos gestos me explicó toda la situación, sin decir ni una palabra. Y todo claro, se llevaron a la rastra al volado fuera del local. Luego volvió a entrar el mimo y esta vez con palabras, me dijo "disculpa, se le pasó la mano con la volá, wena onda compadre". Tuve que usar el mismo recurso no verbal que tan magistralmente él había expuesto antes, por que tenía en ese instante la boca llena de lomo, palta tomate y mayo, así que asentí con la cabeza, mientras hacía una mueca intento de sonrisa y con la mano le levantaba el pulgar, para luego mostrar la palma de la mano, también en señal de paz y calma totales. Todo resuelto, y sin palabras.
Ahora que lo pienso, si no lo hubieran parado, también el episodio se hubiera tenido que resolver sin palabras, pues yo nunca le hablé al volado, y seguramente a puñetazos habría que haber terminado el asunto, cero verso, nada de discursos. Lomito palta mayo vs The World.
Mientras tanto, Marmotita pasa maravillosos días en Frutillar, con don Marmo y doña Marmo, a fin de mes vamos juntos a un matrimonio, lo que me recuerda que ese lomito será el último traspié del verano, en lo que a comida respecta, para no aparecer como un barril el día del matrimonio; además, si Marmotita dice que ha adelgazado, más gordo me voy a ver si no me preocupo a tiempo de eso...
En fin, luego llegará el invierno para poder hibernar y marmotear, por ahora, ejercicio, salir y mantenerse activo, es lo mejor.
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