sábado, 8 de enero de 2011

El viaje

Luego de pasar varios días sencillamente a toda raja junto a Marmotita, y haber visto a mi ancestro de Santiago casi como por coincidencia cósmica, estoy de regreso en Temuco.
Como ya es costumbre, pasé Navidad en Temuco, para luego viajar a Viña del Mar y compartir el Año Nuevo con Marmotita y su familia. Ellos son muy cariñosos y generosos (me llegaba a dar plancha haber estado tantos días) y hasta me trajeron buena parte del camino de regreso al sur. Ellos continuaban hasta Frutillar, y yo me separé de ellos en Los Angeles, donde tomé bus y probé algo de paciencia.
En el terminal de Los Angeles, había una boletería de TurBus y otra de Buses BioBio. La de BioBio tenía una fila de unas doce personas y en la de Tur Bus había una viejecita con su hija, y nadie más, así que me apuré y me puse tras la viejita a hacer fila. 
Gran error. 
Luego de casi 45 minutos, entendí por qué todo el mundo estaba en la otra fila. No se si la viejita tendría un problema mental o algo así, o si la mujer que atendía la boletería tenía paciencia de una santa (o tal vez era solo la fotografía de la cajera) o todo lo anterior. La viejita quería un pasaje a Santiago. Fecha indeterminada, horario aún sin decidir, asiento indefinido, piso del bus aparentemente aleatorio; la señora vio TODAS las combinaciones posibles de esos parámetros para la próxima semana, saliendo desde Los Angeles, o desde Concepción.
TODAS LAS COMBINACIONES.
Hizo que la mina en la caja revisara en su computador todas las salidas entre las 20:00 horas y hasta las 23:00 inclusive, todos los días de la semana. No le gustaba ir en el segundo piso, luego que el primer piso era estrecho, que si había un semicama de un piso disponible, ah, pero ese semicama sale muy tarde, a ver, veamos al día siguiente, y así sucesivamente.
Unas dos o tres veces la cajera y la hija le dijeron "pero mejor decida al menos el día y ahi compra", pero la respuesta siempre era "es que tengo que comprarlo ahora por que tengo que llamar a la Nenita para decirle cuando viajo para que me vayan a esperar al terminal"...
Cuando ya me estaba por estallar el cráneo, la fila de al lado estaba vacía, iba a cambiar de fila y la viejita dijo "sabes mejor decide tú mi amor, cualquier día da lo mismo, mientras no sea tan tarde y sea cómodo"... Pasó por mi mente agredir de alguna forma a la viejita, pero afortunadamente la hija compró uno de los asientos, horarios y fechas sobre los que más había preguntado su mamá, y terminó.
Cuando llegó mi turno, NO QUEDABAN PASAJES A TEMUCO.
Así que compré mi pasaje en Buses BioBio, el último que quedaba, que suerte la mía. Claro que podría haberlo hecho casi una hora antes si no me hubiera puesto tras una viejita en la fila.
En estos momentos Marmotita debe estar llegando, (o saliendo) a Frutillar. No tiene señal su celular por ahora, pero espero poder hablar con ella pronto.

2 comentarios:

  1. AHHHHHH!!! Que horror. Yo hubiera dicho algo. Me carga las viejitas asi que toman todo el tiempo del mundo sin considerar los demas. Gahhhhhh.

    Menos mal que hubo asiento en BioBio!!

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  2. Pensé en un momento en decirle algo, pero mis viajes a Santiago me han demostrado que es inútil decirle algo a una viejita así. Simplemente hace las cosas peores, hahaha.
    Y vaya coincidencia, mi papá se fue a Minnesota, así que juntó toda la ropa de invierno que encontró a mano, así que mientras yo me derrito de calor acá, él anda disfrazado de hombre de nieve en algún lugar de Minneapolis.

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