Resulta que la ultima parte del desafio al que me enfrentaba luego de el despelote que inesperadamente se me armó por la universidad, consistía en llegar hasta la fortaleza de mi ancestro en Santiago (mi Darth Vader personal, algún día explicaré esto), y como si fuera un video juego, encontrar la oportunidad para explicarle qué pasó, y sobrevivir para volver sano y salvo, junto a Marmotita.
Para mala o buena suerte, JUSTO este sábado mi hermano regresó desde Nueva Zelanda (gracias por los llaveros Rorro, le llevaré uno a la Tía Alba cualquier día xD), así que la que tenía planeada como una discreta conversación privada con el ancestro, respecto a lo que pasó en la universidad, se fue rotundamente por el excusado cuando, en medio del asado, con casi todos mis hermanos presentes (faltaba sólo mi hermana en Temuco), con sus respectivas pololas, y pololos, más la tía Lissette, más el tío Alejandro, más los papás de la polola de mi hermano recién llegado de las tierras de los kiwis, y en medio de todo eso, el ancestro tiene la mala ocurrencia de preguntarme delante de todos ellos "Bueno, así que pasaste todos los ramos en la universidad, y además tuviste buen rendimiento en todos ellos. ¿Te entregaron ya el resultado del informe de clínica?"
Tal vez, era el momento de mostrar orgulloso ante todos los presentes lo exitoso de toda la camada; uno ingeniero regresando de un intercambio en el extranjero, otro médico, especializado y con muy buen trabajo, y mi hermana, ingeniera comercial e industrial, sólo faltaba que la oveja negra, o sea yo, mostrara que también podía bailar el tango y que no era menos que el resto, sería un 95% abogado, lo que para cualquier oveja negra de una familia, no está nada mal. Ya soy la oveja negra en mi familia de Temuco, y dar el primer paso para dejar de serlo en la de Santiago no estaba nada mal.
Pues bien, cuando escuché la pregunta, pensé en un segundo, mientras miraba a todos en cámara lenta "si digo, que hablemos luego de eso, puede resultar todo aún peor, y además mentir al respecto ni siquiera es una opción... Acá vamos" Así que les dije "no, me fui a la mierda, cagué, exploté, reventé, choqué con la pared como el coyote tras el correcaminos, me rajaron, me reventaron, no me aprobaron la clínica, papá..."
Luego vino la parte graciosa, por que me miró, pero sólo atinó a sonreir, mientras el resto de los presentes me daba ánimo. Sacó su blackberry, y se puso como a revisar algunas cosas, onda como que nunca hubiera preguntado ni escuchado nada. No pude evitar sonreir, era una situación ridícula e inesperada, pero nadie salió herido.
Luego empezaron a hablar del Transantiago, después de anécdotas del terremoto, y después de eso mi hermano explicó varias anécdotas graciosas que le ocurrieron en Nueva Zelanda, entre ellas todo lo que tuvo que hacer para hacer unos completos a la chilena (palta, mayo, etc) en NZ, y que luego de eso una vez a la semana hacía platos típicos chilenos.
Me sentí aliviado, había cumplido el deber de comunicar mi situación, pero ya no había espacio u oportunidad para la desagradable charla post reporte, que acompaña generalmente a estas situaciones.
Poniendo las cosas en perspectiva, no me voy a morir, cuento con el apoyo de Marmotita, y aunque no es lo que tenía planeado, ahora veo nuevas posibilidades que se abren producto de esta situación.
Cuando algo sale distinto a lo que uno tiene planificado, el problema o fracazo se ve enorme, frente a nosotros, pues lo que uno creyó iba a ocurrir, no está ahí, y lo único que uno tiene en frente es incertidumbre, y la sensación de estar al borde de un precipicio, pues no hay un horizonte lejano al cual mirar, los planes se desmoronan, y uno cree que todo se va a la mierda.
La verdad, no es así, luego de darse uno el tiempo de reaccionar y poner las cosas en perspectiva. Chuta, me volé escribiendo.
Que buenisima actitud, Marmo! Con esos pensamientos vas a ir lejos...
ResponderEliminarS.
Gracias Suzanne!
ResponderEliminar¿Cuando vas a escribir nuevamente en tu blog? El último tema era bien interesante.