Otra noche eterna

Esta noche estudio para el último examen que me queda, el de Derecho de Daños, que habla sobre la responsabilidad extra contractual, es decir, cómo y por qué responde una persona que causa perjuicios a otra, como por ejemplo, si Juan atropella con su auto a Pedro, qué responsabilidades tiene, qué debe pagar, cómo lo debe pagar, cómo determinar los perjuicios de Pedro, a qué otras cosas tiene derecho y un largo etcétera, por que el atropello es uno de los cientos o miles de casos en que hay responsabilidad extra contractual. 

Como ya estoy algo acostumbrado a dormir poco, me he acostumbrado también a hacer pequeñas pausas, que me ayudan a no aturdirme leyendo. Cuando pasa un párrafo entero en que no asimilo nada, es hora de tomar un café, distraerme y luego continuar. Hasta ahora ha dado resultado; ya pasaron Administrativo, Tributario, la Tesis, Técnicas de Investigación, el alegato, y ahora sólo me queda Daños, y esperar el informe de la clínica. 

El informe me tiene preocupado, por que al parecer la abogada guía de la clínica tiene predisposición a cortar cabezas, al estilo de la reina roja de Alicia en el País de las Maravillas, de hecho ahora que lo pienso, hasta se parece un poco...

En fin, me metí a escribir por que esta vez en lugar de caminar de madrugada para estudiar con mi compadre Chadud, me quedé en casa a estudiar solo. Llueve tanto afuera que creo que no quedará más agua en el mundo para que llueva en ninguna otra parte, y además, intruseando por ahí me encontré con esto:


Si les gustan los grafitti, han probado marihuana o peyote, y tienen 10 minutos, véanlo, vale la pena. (Ahora estoy seguro que hay gente más ociosa que nosotros, Marmotita.)