viernes, 26 de marzo de 2010

Una verdadera vida de marmotita

Hoy he hecho un descubrimiento sorprendente. Sin proponérmelo, llevo prácticamente todo marzo sin comer carne. Creo que comí un pan con mantequilla una vez, y otra comí unos huevos revueltos, y eso sería todo. El resto de lo que he comido este tiempo ha sido 100% vegetal (que yo sepa), y no he echado de menos ni hamburguesas, churrascos, lomitos, ni filetes (que yo recuerde), además, no he experimentado efecto secundario alguno, no me han salido antenas ni brotado tentáculos en la espalda (que yo haya notado al menos) por ahora. 
Hace unos días comí unos porotos con choclo y zapallo que estaban buenísimos, y creo que ahí me puse a pensar en lo liviano que queda uno después de comer vegetales, versus el aparente cansancio que le deja a uno a veces el comer grandes cantidades de carne. Varias veces, después de comer un hiper mega ultra sanguchón con los amigos, quedo, como diría Marmotita, con las cuatro patitas para arriba, con la lengua afuera y un par de X en los ojos. ¿A qué se deberá ese agotamiento después de comer mucha carne? ¿Será que se le cansan a uno las mandíbulas de tanto masticar? También noté al regresar de Santiago que tanto tomates como lechugas (y paltas) ahora llenan mi plato junto a la comida principal, cuando antes casi las ignoraba, o las ponía para agregar colores a un churrasco o lo que fuera que estuviera comiendo. Tal vez ha ocurrido que mientras marmoteábamos en Santiago, Marmotita y yo salíamos mucho a comer por ahí, y no precisamente a comer ensaladas, y ahora de alguna manera me estoy equilibrando. Ella también me ha mencionado que cuando estamos juntos comemos mucho más descuidadamente que al estar separados. 
Veamos cuanto me dura mi onda vegetariana, por que se acerca rápidamente el invierno a Temuco, y acá se comen los vegetales frescos por lo general, las verduras de supermercado tienen un sabor distinto, y lo que en verano fueron una lechuga y un tomate, se transforman en una sopaipilla y una longaniza en el rudo invierno que todo macho alfa mapuche con piel de acero como yo (jejeje) debe soportar en Temuco. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ten en cuenta que si haces un comentario en este blog, estás tácitamente aceptando que eres también una marmota... ¡Bienvenido/a al club!