A veces, el retraso con el que llegan algunas películas a Chile es casi vergonzoso. Sin embargo, en raras ocasiones, hay películas que aún habiéndolas visto en casa, vale la pena ver en el cine, y viéndole el lado positivo a la espera, sabiendo que uno va a salir del cine satisfecho de haber visto una película realmente buena.
Let the right one in, que hace muy poco está en nuestros cines, es una de las pocas películas en las que me atrevo a decir que la película sobrepasa su género. Claro, es una película de vampiros, pero no sólo es la mejor producida en años, sino además, una de las mejores películas europeas que he visto.
Esta película, hecha en Suecia (climáticamente es como que estuviera ambientada en un invierno de Punta Arenas), narra la inquietante historia de Oskar, un retraído niño de 12 años, afectado como muchos otros por vivir a solas con su madre, que maneja una relación distante con el padre de Oskar, de manera que pueda tener algún contacto con ambos. La película está ambientada además en los años ochentas, lo que le da un toque más especial aún, pues de algún modo tiene ese ambiente de como se percibía el mundo en esa época, y a esa edad. Oskar, sin ser feo, ni torpe, ni tener ninguna característica que lo explique, es sometido a un constante abuso por parte de sus compañeros, en especial uno que hasta obliga a otros a maltratar a Oskar. La soledad y tristeza de Oskar parecen cambiar cuando conoce a una nueva vecina, llamada Eli, quien se ha mudado al departamento de al lado y parece ser igual de reservada y callada que él.
Eli, con algo de insistencia de Oskar, termina convirtiéndose en compañera, amiga y confidente del niño, que cada vez se entusiasma más con ella, desatando con inocencia su primer amor de niñez. Hasta ahí, no hay gran cosa, salvo la constante presencia de la nieve, el frío y la oscuridad. Este factor marca un contraste magistralmente aprovechado por el director, al mostrarse que Eli es en realidad una vampira, que deja sangre en la nieve cuando se ve casi forzada a atacar a un vecino cercano. La sangre, cálida y roja, opuesta a la nieve, blanca y fría. Es una yuxtaposición tal vez como la del espíritu casi manipulador que muestra Eli, y la ingenuidad y calidez de Oskar.
Lo que ocurre a continuación, y lo que se sugiere después, es simplemente algo que deberían ver por sí mismos ustedes.
La película está basada en un libro, también sueco, que muestra mayores detalles antes, durante, y después de la película.
Las actuaciones de los niños son, no sé como más decirlo, simplemente la zorra, el guión es sorprendente y firme, es más hasta visualmente la película está muy bien lograda; hay un par de efectos rascas por ahí, pero es tal la calidad de la película en su conjunto, y las imágenes que capta el lente, que uno queda como si fuera un testigo callado de lo que ve ocurrir en pantalla.
Lamentablemente, ya gringolandia olfateó esta película y ya está planificado hacer un insufrible "remake" de ella. Personalmente creo que esta película sólo necesitaría (sólo tal vez, si les cuesta mucho leer) que le doblaran el audio al inglés y listo, obra maestra. Pero bueno, así son las cosas nada más. Al menos alcanzaremos a ver en Chile la película original, sin cortes raros ni con cambios morales incomprensibles en el guión, como suele ocurrir con los remakes.
Además, la película es realmente una película de vampiros, no verán ningún vampiro emo brillando a la luz del sol, ni a nadie haciéndose el lindo en el colegio; esta película es ruda y cruda, y en algunos pasajes es hasta un poco fuerte.
Finalmente, me enorgullezco de adjudicarle un 99% de logro en el marmómetro. No veo qué mejorarle, salvo que tardó mucho en llegar y ya la había visto. Pero al final, no es culpa de la película. Véanla. Incluyo el trailer, así de convencido quedé. Si la ven y no les gusta, o le gustó como a mí, escriban algún comentario.
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