martes, 5 de octubre de 2010

Algunos aspectos de ser una marmota

Por lo general, esta "totemización" que hemos experimentado Marmotita y yo al considerarnos e identificarnos con las marmotas ha sido feliz. Ya no sentimos culpa por dormir, comer y ver películas (y quedarnos dormidos, si queremos), y abrazarnos muy juntitos diciéndonos cuanto nos queremos, pues, somos marmotas, es lo que se supone hagan las marmotas y listo.
Ahora bien, hay otro aspecto que últimamente he notado y es que desde que he cambiado mis hábitos alimenticios y de ejercicio, volviéndome más sedentario y comiendo cosas ricas como prioridad, también mi fisiología ha cambiado. 
Al principio, me sorprendía que la Marmotita se quejara de dolores de cabeza si no comía a determinada hora, por que eso a mí jamás me había pasado, sin embargo hoy me ocurrió. Me llegó un dolor de cabeza fulminante, y empecé a ver luces de colores por todos lados. Como tenía cosas que hacer, tomé una micro al centro y traté lo mejor que pude avanzar en los trámites que tenía que hacer (para mi mala suerte, por motivos que aun desconozco, la oficina estaba cerrada, asi que regresé a casa). 
Casi como acto involuntario, saqué $100 del bolsillo y le compré un alfajor a un tipo que los vendía en la calle, y como por arte de magia, sentí como a cada mordisco se desvanecía el dolor de cabeza...
Ahí me cayó la teja; desde hace varios días he estado alejado del azúcar y del pan, como parte de mi proceso de preparación a la visita de la Marmotita (:$), y claro, recordé otros casos de personas que conozco que tienen jaquecas cuando dejan de comer. 
Mi pintoresca teoría es que el organismo se ajusta al ritmo de ingesta  constante, y de la misma manera se ajusta el mecanismo responsable de hacer la conversión de grasa a energía. Mi conversor debe haber estado en desuso por muchos meses, hasta que hace unos días, al dejar de consumir azúcar y pan, un computador lleno de telarañas que supervisa mi estómago dijo "ok, llegó el momento de empezar a echar mano de las reservas". Sólo que las reservas deben estar tan bien guardadas en las bodegas (léase mi panza), que debe haberse producido un malfuncionamiento en algún punto del proceso. Eso se tradujo en una baja súbita de los niveles de azúcares en la sangre, lo que tal vez gatilló quizás que otras cosas, que terminaron en mi dolor de cabeza.
Ahora, mi dilema es: ¿soporto los dolores de cabeza y paso quizás cuanto tiempo de una manera miserable hasta que me reajuste? o, por otro lado, ¿tendré que tener un churrasco, empanada, torta, chocolate o cualquier otra cosa rica a mano cada vez que sienta un dolor de cabeza? Ohh decisiones, decisiones... ¿Qué me aconsejas, Marmotita?

2 comentarios:

  1. Con razón ayer me preguntabas por el dolor de cabeza... mmm en realidad ayer comi muy poco y durante la tarde solo tome agua... Quizas me pasó lo mismo!!!

    Al ver la fotito del completo y del churrasco... automaticamente me dolio la cabeza =/

    ResponderEliminar
  2. Y hace mucho tiempo que no visito La Barricada. Además de mis finanzas ahora escuálidas, estoy tratando de alejarme de los completos, churrascos y lomitos, si me deformo demasiado pasaré de marmota a pez globo.

    ResponderEliminar

Ten en cuenta que si haces un comentario en este blog, estás tácitamente aceptando que eres también una marmota... ¡Bienvenido/a al club!