miércoles, 19 de mayo de 2010

¡Qué mierda pasa!


Me voy a meter con un tema que no me compete, pero que me tiene intrigado, al menos hoy...
¿Acaso desde siempre las mujeres han tenido problemas digestivos?
¿Qué cresta hacían antes de que llegaran los yogures con aceleración de la digestión? Por que según recuerdo, hace algunos años atrás, habían mujeres, (y hombres) que tenían problemas de estreñimiento, pero nunca antes vi que fuera un asunto de género, y que curiosamente estos productos milagrosos fueran la única solución.

De hecho, el yogurt al parecer es un producto asociado desde hace tiempo al consumo femenino, como una forma de que absorban calcio para sus pobres huesos, ya que a cierta edad, la osteoporosis parece ser inevitable. O al menos eso nos hicieron a todos creer los que venden leche, no podían venderla toda, y comenzaron a hacer yogurt, para que al tener otro sabor y textura, más personas (en este caso mujeres) lo consumieran. Gran negocio.
La aparición de estos yogures milagrosos me parece un poco siniestra, me recuerdan bastante a las promociones televisivas de Ciruelax, que como su altamente complejo nombre indica, está hecho con ciruelas, que a su vez tienen fama de acelerar aquellos intestinos flojos, que no andan al ritmo del siglo 21.

Estos "remedios contra el tránsito lento", más bien me parecen una estratagema para vender un producto adelgazante disfrazado. Total, si hay mercado, hay producto.
¿Sientes que estás engordando? ¡Que pases todo el día sentada no tiene nada que ver!! Que el último ejercicio que hiciste fuera correr a encender la TV y luego tirarte en la cama, ¡Menos! ¿El pan? Es tu mejor amigo, igual que la Coca Cola, el verdadero enemigo, ¡TU PROPIO INTESTINO! ¡Combate el tránsito lento con nuestro super poderoso yogurt con ciruela, kiwi, y manzanas verdes! ( Todo mezclado en yogurt, o sea leche, vaya combinación).

Ahora que lo pienso, son un target comercial bastante simple, estas mujeres. Si se fijan, los avisos comerciales apuntan a mujeres de toda condición y edad, así que es un producto vendible a cualquiera que no sea hombre. Además, cuesta casi el doble que uno normal, mmm...
Yo tomo yogurt, pero no he notado ningún cambio en el comportamiento de mis intestinos, de hecho ni me he fijado si voy al baño más seguido o menos que el resto, jajaja.
Curiosos, estos avisos comerciales... ¿Qué se haría en los tiempos de mi abuelita? Ciruelas con leche me suena a Chernobil. Por el bien de mi abuelo, espero nunca haya existido antes esto del "tránsito lento".

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