Luego de detalladas observaciones, he identificado varios de los tipos de animales que deambulan por Santiago, sobre todo en horas de alto tráfico, así que les presento a ustedes el:
1.- Las tortugas: Son gente que camina en medio de multitudes pensando "ohhh, soy tan increiblemente importante que voy a caminar por en medio de este estrecho pasillo/escalera, así todos los que vengan atrás tendrán que seguir mi ritmo y serán felices". De alguna manera, parecen hacer coincidir su caminar lento, con irse por lugares donde se haga dificil o casi imposible adelantarlos. Si además llevan algún tipo de mochila o bolso que puedan arrastrar, se asegurarán de llevarlas al lado, o usar la mochila de la forma en que ocupen el mayor espacio posible.
2.- Los caminantes: Tienen dos variantes, una en las micros, que he observado se urjen por ponerse de pie MUCHO antes que el bus o la micro se detenga, atropellando a quien se les ponga en el camino, y agolpándose cerca de las salidas, como si salir 2 ó 3 segundos antes fuera de vida o muerte (sobre todo antes de bajar de la micro en Providencia, donde hay una parada en que todos tienen que bajar), Lo raro es que muchos de estos agilaos son apurones para bajarse, pero una vez en la calle no tienen problema en evolucionar en las tortugas de la especie anterior. Incomprensible.
La subespecie de los caminantes habita en el metro, y se dedica a recorrer sin descanso el metro por dentro, aunque el metro esté lleno, tratando de llegar a algún carro que (aparentemente) quede más cercano a la salida de la estación de metro en la que piensen bajar. Es curioso, pero he visto caminantes de este tipo yendo en direcciones contrarias, y bajar en la misma estación... Como diríamos en el sur, la wea rara.
3.- El perezoso: Abundan los que (de manera inexplicable, por cómo lo logran) se sientan en su asiento de la micro o metro, y duermen profundamente. Cómo despiertan justo para bajar donde quieren ir, es todo un misterio, sobre todo cuando un perezoso hace su nido en un asiento destinado a mujeres embarazadas o ancianos, y no lo cede el muy perla, por que está durmiendo en él, para despertar prodigiosamente justo donde tenga que bajar. Para mí que se hacen los weones.
4.- El punteador: Esta especie ha sido una de las más impactantes de ver con mis propios ojos. Su hábitat principal es el metro, aunque hay reportes de avistamientos en micros también. Su método consiste en aprovechar las horas de máximo achoclonamiento (achoclonamiento significa "hacer como un choclo", maiz, es decir que toda la gente esté apretada en el metro, como granos de maiz), para acercarse más allá de lo necesario a alguna señorita desprevenida, por, digamos, la espalda. Otra mala técnica observada consiste en ir con una mochila, y poner una mano como sujetando la tira de la mochila, a la altura del pecho, para luego acercarse de frente o lado a alguna mujer distraida, este tipo de conducta fue la más bizarra de ver.
Ayer uno de estos sujetos, justo en frente mío, iba apretadísimo contra una mina que iba con unos pantalones ajustados. A una hora en que el metro está lleno, puede pensarse que es algo involuntario, pero el tipo este tenía bastante espacio para acomodarse al lado o más atrás.
Normalmente un marmonaturalista como uno, no debe intervenir con la naturaleza que está estudiando (cuando chico siempre pensaba "por qué el naturalista no salva al pobre conejito del lobo", al ver un documental), pero en esta ocasión falté a la regla, y le cedí el asiento a la niña. Me lo agradeció (con una expresion de "ohh, me salvaste"), y se notó que no era por cansancio, por que después le mandó una mirada con rayos y truenos al tipo, que naturalmente, se hizo el weon. Luego evolucionó a caminante y se fue a otro vagón.
5.- El pseudo chino: Esta especie fue descubierta de manera fortuita, estaba parado a la salida del metro Santa Lucía, y todos los dias he visto a unos chinos que se paran a vender arrollados primavera (muy ricos, por cierto), y hablan de una manera que uno piensa "estos apenas hablarán español". Y resulta que es en realidad una suerte de mimetismo. Tienen cara de chinos, ante el ojo no entrenado, pero justo ese día, estaba cerca de uno, cuando llega una aparente chinita a reemplazar al chino que repetía "aaarollao, aaarollao, hrico arollao" (pronunciando r, no RR, espero se entienda), cuando se dan vuelta y hablan entre ellos: "acá tengo más, para que completes tu caja, que me voy a la casa puis"... Así que en realidad eran peruanos, probablemente descendientes de asiáticos, pero que aprovechan su parecido para vender comida china en la calle, buen ojo comercial. Recuerdo que una vez les compramos, Marmotita y yo, y bromeábamos "¡estos son los originales!", sin saber que en realidad era comida "chaufa", es decir de chinos peruanos.
6.- Los artistas: Curiosamente, ayer también presencié un hecho que no había visto antes, pero que tal vez ocurre a menudo. Cuando subí a la micro, había un tipo cantando a todo pulmón a mitad de la micro (justo en la parte que parece acordeón), y cuando llegué a donde estaba, vi que a su lado estaba un lolito que otras veces había visto cantar en el mismo recorrido, y otros dos, uno con charango y otro con guitarra, que también estaban en el mismo lugar, cerca del medio de la micro, pero en silencio, esperando a que el que cantaba terminara su show.
Al parecer tuvieron la mala suerte de subir sin darse cuenta que ya estaba tomada la micro por colegas. Su hábitat está restringido a las micros, supongo que por el ruido y por lo apretado del metro, además que los choferes de repente los dejan subir gratis, en el metro tal vez no sería tan buen negocio xD.
Bestiario del TranSantiago
1.- Las tortugas: Son gente que camina en medio de multitudes pensando "ohhh, soy tan increiblemente importante que voy a caminar por en medio de este estrecho pasillo/escalera, así todos los que vengan atrás tendrán que seguir mi ritmo y serán felices". De alguna manera, parecen hacer coincidir su caminar lento, con irse por lugares donde se haga dificil o casi imposible adelantarlos. Si además llevan algún tipo de mochila o bolso que puedan arrastrar, se asegurarán de llevarlas al lado, o usar la mochila de la forma en que ocupen el mayor espacio posible.
2.- Los caminantes: Tienen dos variantes, una en las micros, que he observado se urjen por ponerse de pie MUCHO antes que el bus o la micro se detenga, atropellando a quien se les ponga en el camino, y agolpándose cerca de las salidas, como si salir 2 ó 3 segundos antes fuera de vida o muerte (sobre todo antes de bajar de la micro en Providencia, donde hay una parada en que todos tienen que bajar), Lo raro es que muchos de estos agilaos son apurones para bajarse, pero una vez en la calle no tienen problema en evolucionar en las tortugas de la especie anterior. Incomprensible.
La subespecie de los caminantes habita en el metro, y se dedica a recorrer sin descanso el metro por dentro, aunque el metro esté lleno, tratando de llegar a algún carro que (aparentemente) quede más cercano a la salida de la estación de metro en la que piensen bajar. Es curioso, pero he visto caminantes de este tipo yendo en direcciones contrarias, y bajar en la misma estación... Como diríamos en el sur, la wea rara.
3.- El perezoso: Abundan los que (de manera inexplicable, por cómo lo logran) se sientan en su asiento de la micro o metro, y duermen profundamente. Cómo despiertan justo para bajar donde quieren ir, es todo un misterio, sobre todo cuando un perezoso hace su nido en un asiento destinado a mujeres embarazadas o ancianos, y no lo cede el muy perla, por que está durmiendo en él, para despertar prodigiosamente justo donde tenga que bajar. Para mí que se hacen los weones.
4.- El punteador: Esta especie ha sido una de las más impactantes de ver con mis propios ojos. Su hábitat principal es el metro, aunque hay reportes de avistamientos en micros también. Su método consiste en aprovechar las horas de máximo achoclonamiento (achoclonamiento significa "hacer como un choclo", maiz, es decir que toda la gente esté apretada en el metro, como granos de maiz), para acercarse más allá de lo necesario a alguna señorita desprevenida, por, digamos, la espalda. Otra mala técnica observada consiste en ir con una mochila, y poner una mano como sujetando la tira de la mochila, a la altura del pecho, para luego acercarse de frente o lado a alguna mujer distraida, este tipo de conducta fue la más bizarra de ver.
Ayer uno de estos sujetos, justo en frente mío, iba apretadísimo contra una mina que iba con unos pantalones ajustados. A una hora en que el metro está lleno, puede pensarse que es algo involuntario, pero el tipo este tenía bastante espacio para acomodarse al lado o más atrás.
Normalmente un marmonaturalista como uno, no debe intervenir con la naturaleza que está estudiando (cuando chico siempre pensaba "por qué el naturalista no salva al pobre conejito del lobo", al ver un documental), pero en esta ocasión falté a la regla, y le cedí el asiento a la niña. Me lo agradeció (con una expresion de "ohh, me salvaste"), y se notó que no era por cansancio, por que después le mandó una mirada con rayos y truenos al tipo, que naturalmente, se hizo el weon. Luego evolucionó a caminante y se fue a otro vagón.
5.- El pseudo chino: Esta especie fue descubierta de manera fortuita, estaba parado a la salida del metro Santa Lucía, y todos los dias he visto a unos chinos que se paran a vender arrollados primavera (muy ricos, por cierto), y hablan de una manera que uno piensa "estos apenas hablarán español". Y resulta que es en realidad una suerte de mimetismo. Tienen cara de chinos, ante el ojo no entrenado, pero justo ese día, estaba cerca de uno, cuando llega una aparente chinita a reemplazar al chino que repetía "aaarollao, aaarollao, hrico arollao" (pronunciando r, no RR, espero se entienda), cuando se dan vuelta y hablan entre ellos: "acá tengo más, para que completes tu caja, que me voy a la casa puis"... Así que en realidad eran peruanos, probablemente descendientes de asiáticos, pero que aprovechan su parecido para vender comida china en la calle, buen ojo comercial. Recuerdo que una vez les compramos, Marmotita y yo, y bromeábamos "¡estos son los originales!", sin saber que en realidad era comida "chaufa", es decir de chinos peruanos.
6.- Los artistas: Curiosamente, ayer también presencié un hecho que no había visto antes, pero que tal vez ocurre a menudo. Cuando subí a la micro, había un tipo cantando a todo pulmón a mitad de la micro (justo en la parte que parece acordeón), y cuando llegué a donde estaba, vi que a su lado estaba un lolito que otras veces había visto cantar en el mismo recorrido, y otros dos, uno con charango y otro con guitarra, que también estaban en el mismo lugar, cerca del medio de la micro, pero en silencio, esperando a que el que cantaba terminara su show.
Al parecer tuvieron la mala suerte de subir sin darse cuenta que ya estaba tomada la micro por colegas. Su hábitat está restringido a las micros, supongo que por el ruido y por lo apretado del metro, además que los choferes de repente los dejan subir gratis, en el metro tal vez no sería tan buen negocio xD.
7.- El reggetonero: Esta especie habitualmente se desplaza en manadas, y su signo distintivo, además de vestir con ropa llamativa, es andar con algún reproductor de MP3 o celular, y poner música. Hasta ahí todo bien, salvo por que, por motivos desconocidos, disfrutan poniendo la música a todo volumen (a lo que den los pobres y minúsculos parlantitos), de manera que, sumado al ruido ambiental del metro, lo apretado con la otra gente, el calor y los "aromas", logran que el viaje se termine de transformar en una soberana y horrenda mierda. Curiosamente, si no es cumbia, es reggetón, o sea basura. Hay una subespecie bastante extendida pero afortunadamente menos molesta, que ha evolucionado hasta que les han crecido un par de audífonos (mientras más grandes y llamativos mejor, onda "hey, miren, estoy escuchando música a toda raja, y ustedes no"). Igual lo ponen a tal volumen que si uno está cerca igual alcanza a escuchar claramente lo que están escuchando, y curiosamente, al evolucionar también diversifican sus gustos musicales, y agregan heavy metal, tecno y otras hierbas.
8.- Las parejas "pijama del diablo": Tal vez el calor, tal vez tanto apretón, pero algo hace que en el metro surjan romances bastante intensos, al parecer. Recuerdo una vez que llegó a tanto el leseo que la persona que estaba sentada al lado de una de estas parejas se tuvo que parar. Ocasionalmente me gusta darle un beso a la marmotita mientras vamos en el metro conversando, pero dentro de los márgenes que el sentido común indica. Algunos pokemones simplemente parecen haber olvidado que van en un vagón lleno de gente, o simplemente no les importa... Bueno, al menos aparte de llamar la atención un poco, no lastiman a nadie.
9.- Los invisibles (Hasta que uno está encima): Esta especie sí es bastante molesta. Sobre todo si el metro se empieza a llenar cada vez más. Al parecer, pese a los miles de carteles que piden no hacerlo, (y ahora entiendo por qué) hay gente que no le importa y se sientan en el suelo.
Para ser justos, el diseño de los vagones del metro, y en especial la administración de los espacios en las micros, que es horrible, (¿se han sentado en esos asientos justo sobre una rueda? ¿o en esos que hay que subir como tres peldaños para llegar?), hace que los asientos escaseen, y si a eso le sumamos que micros y vagones de metro pasan llenos, son sólo unos pocos finalmente pueden ir sentados.
No obstante lo anterior, cuando estos sujetos están sentados en el suelo, sobre todo en el metro, uno a corta distancia ve un espacio vacío, y tiende a irse a él, para darse cuenta, a veces demasiado tarde, que hay un pajarón sentado en el suelo, que además de estorbar, ocupa más espacio que alguien de pie.
Generalmente si se llena el vagón, terminan pisoteados, así que tienen su castigo, pero igual es fome frenar en seco con gente empujándote para encontrar un tipo echado en el suelo.
8.- Las parejas "pijama del diablo": Tal vez el calor, tal vez tanto apretón, pero algo hace que en el metro surjan romances bastante intensos, al parecer. Recuerdo una vez que llegó a tanto el leseo que la persona que estaba sentada al lado de una de estas parejas se tuvo que parar. Ocasionalmente me gusta darle un beso a la marmotita mientras vamos en el metro conversando, pero dentro de los márgenes que el sentido común indica. Algunos pokemones simplemente parecen haber olvidado que van en un vagón lleno de gente, o simplemente no les importa... Bueno, al menos aparte de llamar la atención un poco, no lastiman a nadie.
9.- Los invisibles (Hasta que uno está encima): Esta especie sí es bastante molesta. Sobre todo si el metro se empieza a llenar cada vez más. Al parecer, pese a los miles de carteles que piden no hacerlo, (y ahora entiendo por qué) hay gente que no le importa y se sientan en el suelo.
Para ser justos, el diseño de los vagones del metro, y en especial la administración de los espacios en las micros, que es horrible, (¿se han sentado en esos asientos justo sobre una rueda? ¿o en esos que hay que subir como tres peldaños para llegar?), hace que los asientos escaseen, y si a eso le sumamos que micros y vagones de metro pasan llenos, son sólo unos pocos finalmente pueden ir sentados.
No obstante lo anterior, cuando estos sujetos están sentados en el suelo, sobre todo en el metro, uno a corta distancia ve un espacio vacío, y tiende a irse a él, para darse cuenta, a veces demasiado tarde, que hay un pajarón sentado en el suelo, que además de estorbar, ocupa más espacio que alguien de pie.
Generalmente si se llena el vagón, terminan pisoteados, así que tienen su castigo, pero igual es fome frenar en seco con gente empujándote para encontrar un tipo echado en el suelo.
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