Estos días han sido realmente de mucha tensión. Y no me refiero al Mundial, que de hecho me ha ayudado a distraerme un poco, así como escribir ahora un poco en el blog espero me oxigene la cabeza lo suficiente como para seguir esta noche.
Llueve con cuática en Temuco, y al parecer cerca de las 23:30 llega desde Pucón mi amigo y compañero Chadud. Cuando él llegue, tendremos que quedarnos quizás hasta qué hora completando el informe de la tesis, ya que los otros dos integrantes del grupo simplemente no hicieron su parte. Una no responde el teléfono y no ha aparecido en la universidad. El otro viajó a Valdivia y eso es todo lo que sabemos. Pta la wea, estamos en el último año de la carrera, en el penúltimo semestre, y salen con una cosa así. Me llega a doler la guata recordarlo. Pues bien, más tarde habrá que terminar la mitad de la tesis que falta (la primera mitad la habíamos hecho nosotros mismos, Chadud y yo).
Mientras llega mi amigo a Temuco, tengo que preparar un par de documentos que adjuntaré al alegato del recurso de protección que tengo que defender, en lo que va a ser el examen de la clínica virtual (la clínica es la primera práctica, llamamos virtual a una teórica en la que tramitamos casos de diferentes procedimientos como juicio sumario, ordinario y ejecutivo, más el examen que sería el alegato del recurso de protección, y la real, que consiste en tramitar casos reales en el tribunal de familia). En la virtual he andado bien, pero se juntó un montón de actividad por que de la nada uno de los profesores cambió de trabajo, así que al asumir uno nuevo (que es bastante mejor como profesor, a todo esto) se atrasaron algunas cosas.
En la real, producto de mi propia irresponsabilidad, algunas causas no han avanzado todo lo rápido que hubiera querido. Uno de los consultantes se fue a vivir a Valdivia, otro caso consiste en notificar a una persona en Santiago, sin tener idea de dónde vive, y otro caso es una cobranza de dinero de hace como 7 años atrás... Si no fuera por la secretaria de la clínica que tiene un corazón de oro, sería el doble de estresante ir allá. Me enteré demasiado tarde que tuve una baja calificación en la clínica real, y eso me tiene con los nervios de punta en este momento.
Para ilustrar la situación, y desde un punto de vista más personal, si me va mal esta semana, puede literalmente irse toda mi vida a la mierda.
Tal cual. Si fallo un ramo, mi papá (de Santiago) ya no me ayudará más con la universidad. Creo que es necesario aclarar que es un arreglo justo, no debiera fallar ninguno, sobre todo por que ya antes, al inicio de la carrera, me atrasé, y bastante. Algún día explicaré cómo es que tengo dos papás, pero a veces siento que no tengo ninguno, y toda la aventura que atravesé hace algunos años cuando me enteré. En esos días también pasé por mucho desgaste emocional, pero siento que lo de ahora es peor, por que es mi responsabilidad. Nada me duele más en el alma que fallar, y en este caso, fallarme a mí mismo y a la persona con la que quiero compartir el resto de mi vida. Siento que todo eso está en juego en estos días.
Y eso que después vienen los exámenes... En este momento, de verdad quisiera vivir en una madriguera cerca de un bosque, comer una lechuga y echarme a dormir, pero no puedo, y creo que no lo haré al menos hasta el lunes en la noche.
Marmo, mucha suerte con todo tus trabajos. Y hay un dicho que a lo mejor te anima un poco...
ResponderEliminar"Everything's ok in the end. If it's not ok, it's not the end."
Vivo mi vida por ese credo asi que ojala que te sirva para por lo menos hacerte sonreir :)
Kyle
ResponderEliminarGracias.De verdad.
No tienes idea, pero tus palabras me han llegado muy fuerte. No hay que rendirse, como bien indica lo que dices.
Me recordó una frase de mi abuelo:
"Los que se rinden, jamás triunfan... Los que triunfan, jamás se rindieron".