jueves, 28 de enero de 2010

El nuevo Chile

Esta mañana tuve que hacer un montón de cosas, desde muy temprano. Fui a revisar unas cosas a tribunales, preparé unos papeles para una causa que espero inicie pronto, y pasé a verificar algunos antecedentes para una posesión efectiva que estoy haciendo para El Legendario Gastón.
Es curioso como cambia el trato con uno cuando viste terno y corbata. No me había dado cuenta, pero me había acostumbrado a ver sonrisas, gente amable y que casi se pelearan por atenderme.
Esta mañana, fui con pantalones cortos, zapatillas y una polera, nada muy tropical, pero es lo menos formal que he ido a hacer trámites que yo recuerde, y... pucha que cambia la cuestión. Pero bueno, mientras hacía eso, y como faltaba mucho para que me atendieran, mientras ponía en la balanza el haber ido con ropa más fresca, y tener que esperar, versus haber ido a derretirme de calor con corbata, pero que me atendieran altiro, también me puse a pensar en qué cambios se podrían esperar en esta nueva etapa, respecto a las oficinas fiscales. ¿Cambiarán a los funcionarios? ¿Cuantos se mantendrán? Quizás muchos de ellos realmente no corren peligro, los que están bajo amenaza son los mandos medios, que llegaron ahí por simple y descarado pituto político.

Lo que me quedó dando vueltas, son algunos síntomas que los futuros colaboradores de Piñera han estado mostrando.
Para empezar, todos parecen creer que por ser de derecha, y como usó el tema de la "puerta giratoria" de la delincuencia como un mantra en la campaña (entre otros), Piñera combatirá efectivamente con políticas de estado este tema. No estoy tan seguro. Lo mismo con las promesas en salud, educación, y vivienda. Sobre esos temas no me voy a dar vueltas, por que están por todos lados, en cambio, al parecer nadie se ha puesto a pensar qué ocurrirá culturalmente en Chile.
Actualmente, hay algunas obras de la Concertación, que parecen formar parte del patrimonio estable de los chilenos, como el Teatro a Mil, por ejemplo, o que el Teatro Municipal de Santiago tenga espectáculos de buen nivel, que cada cierto tiempo aparezcan instalaciones artísticas por todos lados, como el Museo Interactivo, o tantas otras muestras que han aparecido a traves de los años.

¿Qué podría pasar bajo el gobierno de Piñera?
Acá va el primer síntoma. Una vez hace tiempo, estando en la madriguera en Santiago, vi una entrevista a Piñera en el canal Via X, donde le preguntaron sobre el Fondart. El Fondart en resumen es un fondo concursable al que se puede acceder previa aprobación de un grupo que califica a los postulantes. Así, si tienes una película en mente, presentas el proyecto y ellos te ayudan a financiarla, si le encuentran un interés artístico.
Esa es la teoría al menos. Siempre he escuchado que hay gente que postula sacos con ladrillos montados al lomo de un burro pintado con colores fluorecentes, y ganan el dinero para hacer su muestra artística, mientras otros proyectos más tradicionales o que a simple vista parecen mejores, quedan fuera, y esto por que el artista del burro es sobrino de la seremi de no se qué o primo del senador no se cuanto. Recuerdo una exposición de este supuesto "arte" en que ponían una licuadora con agua y un pez dorado dentro, en que cualquiera podía destrozar al pececito con sólo oprimir un botón... Sin comentarios, salvo que es algo imbécil.
Pues bien, Piñera frente a esto dijo que "la cultura no puede restringirse a paneles de expertos", por que "esos expertos de expertos tienen re poco, y todo termina en cuoteos políticos". Hasta ahí, aplausos, Piñera se para y se va a su casa como ídolo si se hubiera quedado en eso, pero luego, metió las patas y dijo "queremos ver qué áreas de la cultura se quieren promover, que la gente de la calle decida".

Lamentablemente, con sólo ver qué ocurre con la televisión, y recordando un muy interesante post que le leí hace poco sobre la televisión chilena, esto significaría probablemente ballets con minas en traje de baño, y la consagración del reggettón como música de fondo en la ópera.
Esta conclusión aparentemente apocalíptica se ve reforzada por gestos como cuando Piñera dijo que tendría una reunión con la cultura y el arte, y aparecieron en esa reunión... ¡¡los integrantes de MORANDÉ CON COMPAÑÍA!!! o sea ¡qué cresta pasa! En esa reunión aparecieron el mismísimo Kike Morandé, y Marlén Olivarí brindando su apoyo al entonces candidato, como voces representativas del arte y cultura nacional.
Usualmente la izquierda ha dado espacios sólidos a la cultura y arte en sus diversas diciplinas, esta era la oportunidad para demostrar que la derecha también podía acceder a esos códigos y quitar el aparente monopolio a la cultura de izquierda. Literalmente un balde de agua fría.
Muchos bromeaban con la posibilidad de que el Negro Piñera, hermano del presidente electo, pudiera ser ministro de cultura; con estos gestos estamos peligrosamente cerca de que deje de ser broma.

Puede que la intención de Piñera haya sido cortar con los llamados "artistas" de siempre, si significaba acabar con idioteces como los peces en licuadoras, lo aplaudo de pie, pero caer en este otro extremo me parece peligroso. Ya la mayor parte de la gente tiene puras tonterías en mente todo el día gracias a la deficiente reforma educacional que fue un "copy/paste" de google hecho por Mariana Aylwin, luego gracias al nivel de nuestros medios y prensa, con programillas como Mekano, Yingo, Morandé, o las basuras de farándula como SQP. No me malinterpreten, estos programas pueden ser divertidos, pero no es la mejor opción si es todo lo que la gente ve. Es como ir todos los días y comer solamente en McDonalds, muy rico las 2 primeras veces (aunque a mi no me gusta mucho la verdad), pero de la tercera en adelante puede llegar a ser malo para la salud.

Otro síntoma raro fue el otro día cuando Ana Luisa Covarrubias, de Libertad y Desarrollo (que algunos llaman el tercer partido de la Alianza, como puede verse aquí) dijo muy sonriente que la línea 6 del Metro no estaba bien planificada, pues al contruir algo con una inversión tan grande como una línea del metro, había que tener demanda asegurada, pensando justamente en el retorno de esa inversión... Pues bien, sobre esto, dos cosas, primero, al parecer esta gente que revolotea alrededor de Piñera olvida que las obras estatales no están pensadas en privilegiar los negocios; ESTO NO ES UNA PUTA EMPRESA, ES EL ESTADO, por lo tanto, la orientación del gasto tiene otros fines. Al parecer hay un conflicto teleológico en lo que ES el estado, y lo que esa señora cree que es.

En segundo término, recuerdo que cuando con marmotita vimos departamentos en Santiago para que ella fuera a instalarse, nos dimos cuenta que el que tuvieran una estación de metro cerca los hacía valer casi el doble que otros similares sin esa característica. Es decir, cualquier propiedad cercana a las nuevas estaciones de metro subirá su valor actual. Sin lugar a dudas. Por lo tanto, lo más probable es que la demanda crezca por el sólo hecho de que construyan el metro. ¿Alguien conoce propiedades abandonadas o en desuso, estando a un par de cuadras de una estación de metro? ¿De cualquier línea?
Esos son dos casos, de varios que se me vinieron a la mente esta mañana. Creo que ejemplifican algunas preocupaciones de cara a lo que serán estos próximos cuatro años en Chile.

Al final, igual me atendieron en los tribunales, aún con pantalón corto y zapatillas. Tal vez de acá a cuatro años, sea más normal ir así.

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